me pareció una imagen
de cuidado y de tener
en mi memoria cuando
al tiempo me vengo
y lo dejo quieto cada
tanto lo relojeo
lo precisamente
preciso
ahí
de simple
pido
no pida más
pido
gancho el que me toque
será Midas, principio
ya que el Otro rey acá ya
nombrado es el lenguaje
que todo te besa
o te lengua y su habla
es como es pero le alcanza
para darle todo es incluso
conmisera-
ción finada en su ciar
todo, si ve, o al
menos ternura se debe
estar ahí con un medidor
el aparato sin ser
medido. Expectativas
jamás. Más me
esperas en mi
humano a darte
de tragar
más aletargo la llave
de tus huesos, su
exhumación de gatito.
Qué curioso, no
me escarves, te
advierte un dicho
tonto, tontito gato.
me encanta. saludos nico!
ResponderEliminarA mí el gato es un animal que no sé si me inspira ternura. En todo caso, respeto. Claro que hay gatos que hacen que uno se encariñe. De hecho, el que describís en tu poesía es uno de ellos que uno se podría imaginar como... querible.
ResponderEliminarSaludos.
Caro, simplemente gracias
ResponderEliminarAsí de simple, Caro.
Adrianófanes
ResponderEliminartengo que confesar: ese gato
no me daba ninguna ternura
me inspiraba, más bien,
una especie de palo en la mano,
por no decir, respeto airado.
Hubo otro gato caído en mis
terrenales patios, lo alimenté.
Se fue cuando quise
que de su escondite...
un abrazo!