jueves, 28 de abril de 2011

palpa perenne palta

Me dejaste sin muerte
posible. Sin.
Paltas maduran de a despedidas
de repente.

Un bozal, costuras, un dedal,
no grites.
Descarocé, descosí, herví al revés.

Y tu envés, el "me dieron vuelta la cara".
Fachada. 
Por eso nazco en otoño,
diverso.
No culpo al siempre cactus.
Perenne.


Lo perenne como aquello
que 
ya no muere en su color.
O lo perenne como lo 
que
muere por dentro,
sin. Posible. Sin 
manifestarlo en cambios
de color. Por eso nazco
en otoño, por verdadero
en su camino por trazar. Por
caer
la verdad en amarillos y marrones.
Perenne, inmortal, desconfío de tí. 

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